Pollo griego al limón con mantequilla especiada

Las patatas se pueden dividir en dos grupos: patatas para hervir y patatas harinosas. Cada tipo de patata es bueno para diferentes tipos de platos. Las patatas para hervir suelen ser pequeñas y redondas, pero algunas variedades pueden ser más grandes. Esta categoría incluye, por ejemplo, las Jersey Royal, las alevines y las patatas nuevas. Son bajas en almidón y tienen mucha humedad, lo que las hace ideales para asarlas, hervirlas y hornearlas, cocciones donde la patata permanece entera e intacta. Las patatas con almidón o harinosas, como las de la variedad russet, Maris Piper y King Edward, son buenas para freírlas y triturarlas. Son ricas en almidón, lo que ayuda a crear un color uniforme al freírlas, y tienen poca humedad, lo que las hace perfectas para el puré de patata. Absorben los lácteos y la mantequilla perfectamente, por lo que, cuando uses estos tipos de patata, podrás añadir sabor y cremosidad a tus platos fácilmente. El pollo griego al limón y las patatas se pueden servir con una variedad de guarniciones dependiendo de la ocasión y tus preferencias. Una ensalada griega es un buen acompañamiento, pero puedes hacer cualquier otro tipo de ensalada. También puedes servir el pollo griego al limón con verduras a la parrilla como calabacines, ajo, zanahorias e hinojo. Corta las verduras en trozos de 2 cm y hornéalas hasta que estén tiernas. Intente sazonarlas con hierbas frescas, como el tomillo u hojas de salvia para darles más sabor. Añade rodajas de limón para mantener el estilo griego de la receta. O, ¿por qué no dejar que el pollo griego al limón y las patatas sean protagonistas? Haz una salsa, por ejemplo, la tzatziki, o prepara tu propia salsa mezclando yogur griego o crema agria con tus hierbas y especias favoritas. Unificarás el plato y potenciarás el pollo y las patatas.

Intenta freír el pollo en una sartén con mantequilla a fuego medio-alto durante 2 o 3 minutos por cada lado antes de meterlo en el horno. Con esto, conseguirás una piel deliciosa y crujiente y una carne de pollo más jugosa. También puedes usar pechugas de pollo, ya que saben particularmente bien si se fríen durante unos minutos antes de meterlas en el horno. Esta receta de pollo griego al limón es fácil de adaptar a tus preferencias personales o según los ingredientes disponibles que tengas en la cocina. Si tienes zanahorias, chirivías u otras verduras en la nevera esperando a ser comidas, córtalas en trozos y añádelas a la fuente de hornear. Puedes hacer lo mismo con las hierbas frescas. Puedes combinar las especias que más te apetezcan, por ejemplo, si no te apasiona el cilantro o tienes tomillo fresco o romero, puedes usarlos en su lugar. En resumen, hay muchas maneras de hacer pollo griego al limón, así que experimenta, cocina e inventa tu propia versión favorita.

Nuestro pollo griego al limón se hace en una gran fuente para asar para que el pollo, los trozos de limón, las cebollas rojas, las patatas y el ajo se cocinen juntos. Para potenciar el sabor, hacemos una mantequilla sazonada con cilantro, comino, canela y orégano, que untaremos en los ingredientes. Todos los ingredientes se cocinan en el horno entre 35 o 40 minutos.

En esta receta, combinamos el pollo griego al limón con trozos de patata, cebollas rojas y mantequilla picante. Sin embargo, también puedes servirlo con arroz hervido o frito, puré de patata, pasta o fideos. El cuscús, una guarnición de verduras o una simple ensalada de hojas verdes también son acompañamientos ideales para el pollo griego al limón.

Si tienes poco tiempo por la tarde y por la noche, puedes preparar un pollo al limón con antelación y, de este modo, solo tendrás que ponerlo en el horno antes de servirlo. Corta las patatas, las cebollas, los limones y el ajo. Haz la mantequilla especiada y ponlo todo en una fuente para asar en la nevera hasta que desees cocinarlo. Puedes prepararlo por la mañana o el día antes de servirlo. También puedes cocinarlo y solo deberás recalentarlo cuando te lo quieras comer.